“Por lo que respecta a la familia, los abuelos deben seguir siendo
testigos de unidad, de valores basados en la fidelidad a un único amor
que suscita la fe y la alegría de vivir”.
Papa Benedicto XVI, abril de 2008
La importancia de los abuelos en la familia fue el tema central de la
XVIII Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Familia,
celebrada en Roma recientemente. En ese encuentro, el Papa Benedicto XVI
destacó el papel de los abuelos en la herencia de valores humanos,
sociales y religiosos a las nuevas generaciones: “No se puede proyectar
el futuro sin hacer referencia a un pasado rico en experiencias
significativas y en puntos de referencia espiritual y moral”, aseveró.
Sin tratarse de un tema nuevo, resalta la actualidad que se le ha
querido dar, debido a la necesidad creciente de las familias de hoy de
reforzar sus cimientos para hacer frente a las profundas
transformaciones sociales que su entorno está experimentando.
Así, es posible afirmar que si se fomenta la participación de las
abuelas y los abuelos en la transmisión de valores, puede estar
garantizada la continuidad de la identidad familiar en todos sus
aspectos: espiritualidad, cultura, urbanidad, alimentación, etc. Con ese
propósito, los padres y abuelos deben crear espacios de encuentro en los
que la familia pueda compartir y conversar alrededor de lo que los
identifica y los ha mantenido unidos, a partir de:
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Fotos antiguas: imágenes que invitan a comentar sobre
las personas y sitios retratados en fotografías de los
padres y abuelos. Verlas no sólo gusta a los nietos, sino
que es además una oportunidad inmejorable para hacerles
conocer su pasado y cómo era la vida en otras épocas: la
moda, las construcciones, los juguetes, etc. De forma muy
especial, cuando ha habido migraciones los álbumes son los
“discos duros” que conservan la historia de la familia en su
país de origen. |
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Objetos antiguos: artículos o artefactos que, sigan
usándose o no, guardan detrás algo que contar porque
recuerdan alguna vivencia o porque pertenecieron a un ser
querido. Los abuelos siempre pueden sorprender a sus nietos
con cosas tan antiguas como, a sus pequeños ojos, novedosas.
Por su enorme valor simbólico puede ser una buena idea
regalar a cada nieto uno de esos objetos en algún momento
especial: el pincel favorito del tatarabuelo pintor, la
carta que desde un barco escribió la tía abuela a su
hermana, el lente con que el bisabuelo vio un eclipse total
de sol, la medalla que ganó el abuelo en una competencia
deportiva, o
el biberón de vidrio que usó cuando era un
bebé… |
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Herencia histórica, narrativa, artística y lúdica:
relatos, cuentos, leyendas, poemas, juegos y canciones que
forman parte de la tradición familiar y nacional. Los
abuelos pueden enseñar a recitar poesías aprendidas en su
infancia de labios de sus propios padres, tíos o abuelos.
Narrar cuentos y leyendas que además de transmitir identidad
hagan volar la imaginación de sus nietos y despierten su
interés por la lectura. Contar capítulos de la historia
nacional y universal. También pueden recuperar juegos con
los que ellos se divertían y que hoy se han perdido para que
sus nietos se entretengan con ellos. Y cantarles las mismas
canciones infantiles con que hicieron dormir, jugar o bailar
a sus padres cuando eran niños. Como probablemente conserven
muchas de esas canciones en discos de vinilo, pueden pasar
éstos a CD. Es seguro que los abuelos y los padres
disfrutarán tanto de escucharlas de nuevo como los nietos de
aprenderlas por primera vez. |
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Experiencias familiares: como cronistas de la historia
familiar, los abuelos y las abuelas pueden contar a sus
nietos lo que hacían cuando eran pequeños, cómo eran sus
padres de niños y jóvenes, momentos memorables, días
inolvidables por lo alegre, triste o particular de algún
acontecimiento, anécdotas chistosas, etc. A los nietos puede
interesarles especialmente que les cuenten cómo vivieron sus
padres y abuelos situaciones similares, en distintas etapas
de la vida, a las que ellos están viviendo. Además de
servirles para conocer más y mejor a cada miembro de la
familia, del relato de esas experiencias los niños pueden
aprender a resolver problemas y superar dificultades. |
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Prácticas religiosas: creencias, oraciones y devociones
pueden ser transmitidas de abuelos a nietos a través de un
testimonio de fe que se refleje en palabras y obras.
Enseñarles a rezar y hacerlo juntos: la abuela puede
enseñarles una oración para bendecir la mesa que se haya
usado siempre en la familia, o fomentar una devoción
particular que tenga raíces antiguas. Los abuelos pueden
asistir junto con sus nietos a actos de culto o
peregrinaciones en las que tradicionalmente se haya
participado, y mostrarles el significado de los sacramentos,
sobre todo cuando son ocasión de festejo en la familia
(bautizos, primeras comuniones, matrimonios…), además de
animarlos a realizar obras sociales y de voluntariado. |
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Recetas de familia: ya sean recetas completas o
ingredientes secretos los que conforman la tradición
culinaria familiar, ésta es sin duda uno de los factores que
más otorga sentido de unidad e identidad. Las abuelas (hoy
todavía son pocos los abuelos que cocinan) son las
encargadas de que las recetas se transmitan en el seno
familiar de una generación a otra: servir el platillo que
por años se ha compartido y contar su historia, escribir en
el recetario familiar cómo se prepara eso que cuando cocina
la abuela todos esperan probar, cocinar con los nietos para
luego saborear juntos un postre tradicional… |
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Eventos: los abuelos y las abuelas pueden otorgar un
toque especial a las fiestas y encuentros familiares para
que sean eventos únicos. A los niños les gusta que en la
casa de la abuela se celebre tal o cual fecha de una forma
distinta. Poder contar que, por ejemplo, para las fiestas
patrias, Navidad o Año Nuevo su familia tiene una
determinada costumbre que se ha repetido por décadas. Todo
ello fortalece los vínculos de los nietos entre sí y con la
familia, les da seguridad y enriquece su personalidad. |
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Lugares emblemáticos o con historia: el colegio donde
estudió la abuela, la ciudad en la que nació, el teatro al
que iba con el bisabuelo, la plaza en la que jugaban los
tíos, la estación de trenes donde partió un familiar, el
lago donde pescaba el abuelo cuando era joven, etc.
Visitarlos puede ser un pretexto para transmitir la historia
familiar. Y lo mismo en relación con la historia nacional
o universal:
museos, monumentos, iglesias y reservas naturales son el
escenario idóneo para motivar a los nietos a conocer y amar
su patria y reforzar su sentido de pertenencia. |
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Buenas costumbres: las reglas de urbanidad, las buenas
maneras, la etiqueta, los hábitos individuales y de
convivencia nunca pasan de moda y forman parte de la
identidad familiar y comunitaria. Las abuelas y los abuelos
pueden y deben apoyar a los padres en la transmisión de
modelos de comportamiento positivos: delicadeza, moderación
y oportunidad en acciones y palabras. |
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