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Durante los últimos años, los textos que hacen referencia a
la salud y el bienestar del organismo ponen especial énfasis
en el tema de los antioxidantes. Se dice que previenen el
riesgo de contraer algunas enfermedades –como el cáncer y
las patologías cardiovasculares-, que ayudan a retardar el
envejecimiento y que, en definitiva, son indispensables si
lo que queremos es vernos y sentirnos bien. Pero, ¿dónde se
encuentran estos elementos tan beneficiosos?, ¿de qué modo
contribuyen a promover nuestro estado de salud en general?
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que los
antioxidantes son vitaminas, minerales, colorantes naturales
y enzimas que protegen al cuerpo humano de la acción de los
radicales libres –compuestos que son el resultado de la
oxidación celular, y que pueden causar daño a las células,
disminuir las defensas inmunitarias y producir alteraciones
genéticas-. Y si bien nuestro organismo es capaz de
neutralizar la formación de los radicales libres, cuando la
concentración de esos agentes aumenta –por causa del
tabaquismo, la contaminación medioambiental, el estrés o la
excesiva práctica de ejercicio físico-, la herramienta ideal
para combatirlos es una dieta alta en antioxidantes. |
Las frutas, verduras, hortalizas, legumbres y los cereales
integrales son los alimentos que los contienen en mayores cantidades,
por lo que el asegurar su consumo en nuestra dieta habitual,
garantizamos una ingesta adecuada de antioxidantes en nuestra vida
diaria.
A continuación presentamos una lista con algunos de los
antioxidantes que habitualmente incorporamos a nuestra alimentación:
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Betacaroteno o provitamina A:
pertenece a la familia de los carotenoides y está
presente en las verduras verdes o de coloración roja,
anaranjada o amarillenta (como espinacas, zanahorias,
zapallo y frutas como duraznos, damascos, cerezas,
etc.). El organismo humano es capaz de convertirlo en
vitamina A.
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Vitamina C:
está presente en frutas, verduras y hortalizas en
general (como melones, mangos, piña, cítricos,
frutillas, pimientos, tomates y kivis). Se recomienda
consumir estos alimentos crudos, ya que conservan mejor
sus contenidos de vitamina C.
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Vitamina E:
está presente en el germen de trigo, el aceite de oliva,
los cereales de grano entero, los vegetales de hojas
verdes y los frutos secos.
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Selenio:
está presente en carnes, mariscos, pescados, huevos,
cereales, y en las frutas y verduras en general.
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Zinc:
está presente en las carnes, vísceras, pescados, huevos,
cereales y legumbres.
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Flavonoides:
pertenecen a la familia de los polifenoles y están
presentes en coles, vegetales de hoja verde, frutas
rojas y moradas (berries), cítricos, el vino tinto y el
chocolate.
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Licopenos:
al igual que los betacarotenos, pertenecen a la familia
de los carotenoides. Se encuentran en grandes cantidades
en el tomate y la sandía
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Tomado
de la Guía para una vida más sana de Nestlé Chile S.A.
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